lunes, 11 de mayo de 2009

Familia de único suboficial fallecido en Antuco llega a acuerdo con el CDE

Luego de una serie de negociaciones frustradas, finalmente la familia del sargento Luis Monares Castillo -el único suboficial de planta que falleció en la tragedia de Antuco, ocurrida el 18 de mayo de 2005- llegó a acuerdo con el Consejo de Defensa del Estado (CDE) y recibirá una indemnización de $372 millones 500 mil.Tras la aprobación de la transacción en el CDE, sólo resta que el ministro de Justicia firme el decreto de pago -actualmente en elaboración- y que éste se remita a la Tesorería General de la República.El acuerdo con la familia del sargento Monares se firmó en diciembre pasado, un año después de que en el CDE se sellaran las negociaciones que hicieron que el fisco pagara más de $3.300 millones a la familia de otros fallecidos.La complejidad de las conversaciones en este caso -el único donde la víctima dejó viuda e hijos- pasaba principalmente por la negativa del CDE a indemnizar a los padres y a los hermanos del suboficial fallecido. Finalmente, se estableció que serán beneficiados con la reparación la viuda de Monares y sus tres hijos (porcentaje mayoritario), además de su madre y sus 5 hermanos.En un principio, la familia solicitaba $700 millones, luego rebajó su petición a $450 millones y finalmente a los $372 millones 500 mil que establece el acuerdo de pago logrado con el CDE. Quien encabezó las negociaciones en nombre de la entidad fue su ex presidenta Clara Szczaranski.

Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/05/11/nacional/_portada/noticias/E2A4BCD2-5CF0-4CE6-9387-7C7D9B35B2F4.htm?id={E2A4BCD2-5CF0-4CE6-9387-7C7D9B35B2F4} (El Mercurio)

Hoy comienza el juicio por crimen de adolescente chilena en Tenerife

Luego de dos años, los tribunales españoles podrían aplicar justicia para Fernanda Fabiola Urzúa, la adolescente chilena de 15 años que fue asesinada en julio de 2007 en Tenerife, España.La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz, un tribunal de jurado conformado por 11 personas, escuchará a partir de hoy lunes los testimonios y pruebas que inculpan al colombiano Héctor Franco Giraldo, quien está confeso del crimen que conmocionó a la comunidad canaria y a nuestro país.La Fiscalía de la Audiencia Provincial solicitará una pena de 17 años y seis meses de cárcel por el delito de homicidio calificado, además de una indemnización de 12 mil euros para los padres chilenos de la menor.La muchacha, que vivía con sus padres -Sergio Urzúa, quien trabajaba de albañil en la localidad de Santa Cruz de Tenerife, y su madre, Fabiola Marín-, desapareció el 26 de julio de 2007, luego de visitar a su novio y cortarse el pelo junto a unas amigas.De regreso a casa, la menor decidió tomar un camino de tierra que llevaba hasta su barrio llamado El Fraile. Ahí se le perdió la pista.Finalmente, las dudas que arrojó la presencia de una extraña camioneta en el barrio llevaron a la policía hasta el colombiano, quien tras un arduo interrogatorio confesó el crimen.En su confesión, Franco relató que divisó desde su azotea a Fernanda mientras caminaba por el sendero El Virgilio. Rápidamente bajó y salió a su encuentro en el vehículo. Primero la invitó a subir a la camioneta. Ella se negó y le pidió que la dejara tranquila.Franco se bajó del automóvil y la subió a la fuerza. "La tomó del cuello con tanto ímpetu, que la niña se desmayó y quedó inconsciente", según relató a "El Mercurio" el teniente José Elvira, de la Guardia Civil.El sujeto la tomó y la metió en el piso del asiento del copiloto, momento en el que, según cree el policía, se le deben haber caído el piercing que usaba y un pendiente. En ese instante, el colombiano se alejó del lugar hasta llegar a un sitio descampado en Palm-Mar. En el camino, Fernanda despertó y comenzó a gritar. En su desesperación, Franco se bajó de la camioneta, tomó una piedra y la golpeó en la cabeza hasta producirle la muerte.

Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/05/11/nacional/_portada/noticias/BA19FDB0-44CC-433A-B863-B25D72E42738.htm?id={BA19FDB0-44CC-433A-B863-B25D72E42738} (El Mercurio)