El tribunal oral de esa ciudad desechó que el fallecimiento en el altiplano del niño Domingo Eloy haya sido un accidente propio de una labor indígena, por lo que declaró culpable de abandono de menor en lugar solitario con resultado de muerte a la madre del niño, la pastora aimara Gabriela Blas.
Se trata del primer caso en Chile en el que la defensa invoca el Convenio 169 de la OIT, que rige desde septiembre en el país, para que los jueces consideraran el contexto cultural indígena del acusado al pronunciarse sobre su responsabilidad penal.
Pero los magistrados, en forma unánime, desecharon la tesis de la defensa: que Eloy se perdió en la estancia de Caicone cuando la pastora buscaba dos llamas rezagadas. Tal tesis había sido respaldada por expertos culturales de la Conadi que declararon a los jueces que el extravío de niños es un riesgo propio del pastoreo.
"Gabriela Blas tuvo una conducta anómala para una madre, independiente de su origen étnico. (Para los aimaras), las conductas aceptables que se refieren al cuidado que una madre debe dar a sus hijos en nada difieren a las de otras culturas", dijo el juez Guillermo Rodríguez.
El magistrado hizo referencia a las diversas versiones que Blas dio tras denunciar el extravío del niño el 23 de julio de 2007 ante Carabineros: que se le cayó del aguayo, que terceros se lo llevaron, y que ella misma lo mató. El niño fue hallado en diciembre de 2008 a 12 kilómetros de Caicone, pero el juicio no logró aclarar cómo llegó hasta allí.
Aunque fue absuelta de los cargos de obstruir la investigación y de incesto, Blas arriesga 15 años de cárcel. Su condena será dictada el miércoles.
Autor: http://diario.elmercurio.com/2010/04/11/nacional/nacional/noticias/C4E68CA9-8E4F-48C0-A954-6AE935FC3965.htm?id={C4E68CA9-8E4F-48C0-A954-6AE935FC3965} (El Mercurio)
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