Su furia se aplacó en menos de un minuto y quedó paralizado hasta que llegó Carabineros a detenerlo. Fue formalizado y quedó en prisión preventiva por homicidio frustrado y lesiones menos graves.
Cuando el fiscal Carlos Ramírez empezó a indagar las razones del ataque, descubrió una sórdida historia que esta semana fue revelada en el juicio oral.
Según la investigación, el cocinero llegó a Chile el año 2005, gracias al matrimonio víctima de la agresión. Dejó su vida como agricultor en los campos de arroz de la región de Cantón, para trabajar como cocinero. Sus empleadores lo instalaron en una pequeña pieza al fondo del restaurante. Trabajaba doce horas diarias. Las únicas veces que salía del local era para ir a comprar pan en la esquina. Si no estaba durmiendo, estaba cocinando. Nunca aprendió a hablar español, y su mandarín era muy rústico, pues según el mismo declaró, estudió sólo hasta cuarto básico en China.
Según declararon en el proceso las víctimas, no le pagaron el sueldo los primeros seis meses, como una suerte de devolución del pasaje de avión a Chile. Después, le dijeron que su dinero sería depositado en una cuenta de la esposa del dueño. Sólo le daban algunos adelantos, para comprar el pan, que tanto le gustaba.
Así vivió hasta 2008, cuando su madre lo llamó desde China y le pidió que regresara, pues le había conseguido novia, en un país donde predomina la población masculina.
Hailin quería marcharse de inmediato. Le pidió a sus empleadores su dinero y que le compraran un boleto de regreso. Zhenxiong Lai le dijo que había comprado uno y que regresaría pronto. Pero el viaje nunca se concretó y decidió atacar.
"Nunca le entregaron su pasaporte y el pasaje. Hailin cayó en una sicosis, un delirio de persecución le invadió, se sintió encerrado en un país donde no podía hablar con nadie. Pensó que nunca podría volver", comentó el defensor público Nicolás Orellana.
El SML declaró inimputable al ciudadano chino quien fue internado en el Hospital Horwitz. La fiscalía pide tres años, pero la defensoría dice que debe ser devuelto a su país, pues requiere sicoterapia y en Chile no hay sicoterapeutas que hablen mandarín.
SENTENCIA
El próximo miércoles el 6º Tribunal Oral decidirá si condena o no a Hailin Lai.
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