Durante más de ocho años, Lila Parra Becerra suplantó a su medio hermano Alejandro González Clark, residente en Noruega, al punto de que en 2003 logró sacar una nueva cédula de identidad con ese nombre en el Registro Civil de Arica. Aprovechó su contextura física gruesa, su parecido y maneras varoniles, y sin mayores problemas obtuvo el documento.
Hizo trabajos esporádicos como hombre en Arica y cometió hurtos en Pichilemu con su identidad real. Hace tres años llegó de forma clandestina a La Serena, donde empleó su falso nombre para tomar un curso en el OS-10 de Carabineros, el que le permitió conseguir trabajo como guardia de seguridad.
El engaño quedó al descubierto en 2008, cuando el verdadero González Clark regresó a Chile e intentó abrir una libreta de ahorro en BancoEstado. Se sorprendió al ver que ya tenía productos del banco, y que tenía protestos y acreedores en Dicom.
Sobre la suplantadora pesaban, además, encargos de búsqueda judiciales por diversos delitos, por lo que fue detenida finalmente ayer, en La Serena. Entre los cargos figura el uso malicioso de instrumento público y usurpación de identidad. Según la policía, la homosexualidad de la mujer -quien vestía y usaba corte de pelo masculino- y el que portara el carnet de un hombre permitía que nadie cuestionara su identidad. Según la PDI, el Registro Civil habría cometido errores al cotejar sus huellas digitales.
Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/06/18/nacional/nacional/noticias/17852F13-50AE-4972-B31D-7095D15B720C.htm?id={17852F13-50AE-4972-B31D-7095D15B720C} (El Mercurio)
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