lunes, 14 de septiembre de 2009

El miércoles pasado, los fiscales Vinko Fodich y Carlos Gajardo cerraron la indagación por los tres crímenes de Providencia.
Hoy se encuentran abocados a redactar la acusación en contra de María del Pilar Pérez López y José Mario Ruz Rodríguez, la autora mediata y el autor material de los homicidios del economista Diego Schmidt-Hebbel y de Francisco Zamorano -ex marido de Pérez López- y su pareja gay, Héctor Arévalo. Este crimen ocurrió el 23 de abril de 2008 en la casa que ambos compartían en calle José Manuel Infante 1020.
Fue a las siete y media de la tarde, cuando Ruz ingresó al domicilio junto a Héctor Arévalo, a quien le dijo que venía a buscar unos planos que Zamorano le iba a pasar.
Mientras subían al segundo piso, Ruz se puso unos guantes de cuero negro. Al llegar arriba, sacó su pistola Browning 7.65 con silenciador, y les disparó en el cuello.
Con el paso los meses, el encargo de la mujer se ampliaba a su familia que vivía en Seminario 97, al lado de su casa. Su objetivo eran su cuñado Agustín Molina, su hermana Gloria, su madre María Aurelia López y su sobrina María Belén Molina. Según la fiscalía, este plan también incluía al novio de esta última, Diego Schmidt-Hebbel, quien murió la mañana del 4 de noviembre, cuando Ruz se atrevió a ejecutar el encargo.
Como todos los días, Schmidt-Hebbel pasó a buscar a María Belén para llevarla a la universidad. Ése era el momento que Pérez le había indicado a Ruz como el propicio para entrar a la casa. El asesino obedeció. Empujó a la pareja hacia adentro. Forcejeó con Diego, mientras Belén observaba desde la puerta de seguridad. Hubo dos balazos: uno en la pared y otro en el cuello de la víctima. Últimamente se supo que Ruz también lo acuchilló.
En el Ministerio Público precisan que hay abundante evidencia material y científica para condenar al sicario por estos tres crímenes. Además, se encuentra confeso. El problema es probar que detrás de todo estaba Pilar Pérez. Dicen en la fiscalía que también hay abundancia de pruebas e indicios. En el juicio habrá más de 100 testigos y, lo que es inédito, más de 60 peritos.
1.- Los tráficos telefónicos de Ruz y la "Pili"Varias llamadas perdidas de "Pili". Ese fue el registro que quedó la noche del 4 de noviembre en el celular de José Ruz.
Había sido detenido horas después del crimen de Diego Schmidt-Hebbel. Mientras Ruz era fichado, Pilar Pérez lo llamó insistentemente. Esa fue la primera pista de que estaba involucrada.
Gracias a los tráficos telefónicos, se descubrió que también estaba detrás del crimen de su ex marido y su pareja.
Tras la muerte de Diego, el sicario nunca confesó el doble homicidio. De hecho, los cargos apuntaban a la confesión del primo de Zamorano, Claudio Soza. Pero apareció un número que se repetía en los llamados del sicario. Era del armero, quien le vendió las armas para ambos crímenes. Ahí, los fiscales descubrieron que el celular de Ruz estaba a nombre de Pérez, y que se lo proporcionó en diciembre de 2007. De hecho, el 24, el día siguiente del "doble homicidio", le habilitó otro número.
Pero hay un peritaje decidor. Según el radio que arrojó la localización de las antenas de los teléfonos de Pérez y Ruz, se juntaron el 24 de abril, tal como lo confesó el homicida.2.- Detallado plano de la casa de SeminarioSeis inscripciones hechas con lápiz de pasta azul, plasmadas en un antiguo plano del segundo piso de la casa de Seminario 97, donde vivían los familiares directos de Pilar Pérez, la complican. El documento fue encontrado en la casa de Ruz, y éste confesó haberlo recibido de manos de la mujer. Reconoce que ella consignó en el plano la ubicación de las habitaciones y la distribución de sus familiares.El examen caligráfico determinó que la letra corresponde a la mujer. Para los fiscales, Pérez debe explicar cómo llegó esta información que sólo ella conocía a manos de Ruz. Sabía la rutina que había en Seminario 97 y la ubicación de cada habitación, como objetos de valor y dinero. El sicario reconoció que la mujer le encargó "hacerles el mayor daño posible" a su madre, hermana, cuñado, y a su sobrina. Todo por la disputa de la herencia de su padre.
3.- Fotografías familiaresEntre Pilar Pérez y su sicario José Ruz había una promesa: si este último concretaba todos los "encargos", la arquitecta compartiría con él su parte de la millonaria herencia que dejó su padre.
Ruz también tubo otros dos encargos: la muerte de Monserrat Hernando, esposa de su hijo Juan José Zamorano, y de la madre de esta última. El imputado confesó, y tenía en su domicilio fotografías de las posibles víctimas.
Un peritaje al computador de Pérez, incautado en su domicilio, reveló que las fotografías estaban en su disco duro y que ella se las habría proporcionado.
4.- Video del "doble homicidio"Un video de una cámara de seguridad de una empresa ubicada a un par de metros de la casa de Francisco Zamorano y Héctor Arévalo, en calle José Manuel Infante 1098, muestra a José Ruz estacionar su vehículo Suzuki Maruti color rojo a las 18:40 horas. Luego, una hora más tarde, se ve claramente cuando el vehículo se retira del lugar.
En el registro, el vehículo se aprecia de color blanco. Esto tiene que ver con la textura de la imagen de la cámara, según comentaron fuentes de la causa. De hecho, por esta razón se realizó un peritaje con la PDI en el que se recreó la escena y se grabó con la misma cámara. El resultado es idéntico. El video permite darle sustento a la propia confesión del imputado.5.- Los dichos de otros sicariosLa existencia de otros "sicarios" en la vida de Pilar Pérez es vital para los acusadores. El caso está lleno de este tipo de personajes más allá de José Ruz. El primero que aparece es William Martínez, quien el año 2002 fue contactado por Pilar Pérez para asesinar a su entonces pareja, el arquitecto Carlos Rafael Felip Imperatore. Luego, Pérez López conoció a Ruz, en el mundo de los cafés con piernas. En diciembre de 2007 le propuso a Ruz su plan para matar a su ex marido. El sujeto no se atrevía, por lo que decidió subcontratar a otro sicario: Miguel Carvajal, quien primero aceptó y recibió un pago. Pero después también se arrepintió. La mujer decidió contactar a otro sujeto, E.P.G., cuyo testimonio también figura en el proceso.6.- Los armerosLa pista de los armeros fue clave para vincular a José Ruz con el "doble homicidio" de Infante. De hecho, la primera vez que la fiscalía contactó a Juan Francisco González, éste reconoció haberle vendido en abril de 2008 una pistola Browning 7.65, que además contenía un silenciador fabricado por otro sujeto, el ex CNI Aladino Pereira. González admite que en octubre le confeccionó un cañón desmontable para una pistola Taurus 6.35. Zamorano y Arévalo fueron ultimados con una pistola 7.65 y Schmidt-Hebbel falleció de un balazo de una pistola 6.35.7.- Los cheques de Pilar y RuzLa promesa de pago que le hizo Pilar Pérez a José Ruz por el crimen de todos sus familiares era de $30 millones. El sicario confesó solo haber recibido $500 mil, dinero con el que dice mandó a confeccionar el arma para asesinar al ex marido de la mujer y la pareja de éste. Pero en el Ministerio Público creen que la imputada le adelantó un pago de $10 millones. Porque el 12 de agosto de 2008, Pérez retiró $4.800.000 de su cuenta en el Scotiabank; el 18 de agosto cobró $4.400.000 de su cuenta del Banco Chile; el 1 de septiembre retiró $850 mil del Scotiabank. Los investigadores creen que se trató de un adelanto para Ruz. No hay indicios de compras.8.- Declaraciones de familiaresSu madre, María Aurelia López, su hermana Gloria, su cuñado Agustín Molina, su sobrina María Belén. Además de sus hijos Juan José y Rocío Zamorano. Todos declararán en el juicio oral, a menos que prefieran abstenerse. Sus testimonios tienen la importancia de probar que existía un "móvil" para los encargos. Coinciden en que "ella era capaz de todo" y que, con los años, el problema de la herencia, de la inquina familiar, incubó un odio "que creció cada día más". Sus hijos revelan la tormentosa relación de Pérez López con su ex marido Francisco Zamorano, cómo descubre su homosexualidad y aquello que nunca le pudo perdonar: que la obligara a hacerse un aborto del primer hijo.9.- Confesión del sicarioJosé Ruz, confesó el 3 de diciembre antes los fiscales Fodich y Gajardo que él era el asesino de Francisco Zamorano y Héctor Arévalo. Y que al igual que como sucedió con Diego Schmidt-Hebbel, se trataba de un encargo de Pilar Pérez. Luego, Ruz ratificó en varias ocasiones su testimonio. Pero, las fuentes dicen que es probable que en el juicio se reserve el derecho a guardar silencio. Lo que no será problema para la fiscalía pues presentará como testigo a dos policías que estuvieron presentes en la diligencia y relatarán los dichos del sicario.10.- Carta desde la cárcel buscaba "un vuelco" en el casoEn marzo pasado Pilar Pérez intentó ofrecerle dinero a José Ruz para que se retracte de su confesión.Lo hizo a través del esposo de su hija Rocío, Rodrigo Arroyo. Este intento terminó por quebrar la relación con su hija y, con los únicos familiares que la visitaban en la cárcel. En esa carta, entre otras cosas, le indica a Ruz que tiene que declarar que su cuñado, Agustín Molina, está detrás de todo y que la involucró para beneficiarse. Para los fiscales, esta carta es una confesión indirecta porque ella acepta su condición.
"Si Ruz declara la verdad, de que fue A. Molina quien lo contrató para inculparme, el vuelco en el caso es total y quedarían al descubierto todas las maléficas intenciones que ellos tuvieron siempre en mi contra. Pasarían de ser 'víctimas' a 'victimarios' (sic) que es el verdadero rol protagónico que le corresponde asumir a Molina. ¿Y Diego qué?, es también por su culpa que él murió, por no haberlo socorrido apenas lo vio. ¿Por qué no lo hizo? En este plan hay dos víctimas: Diego, que falleció por errores incomprensibles, y yo, que llevo más de cien días en este infierno", dice en su carta.

Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/09/13/nacional/nacional/noticias/2276229C-0089-42CD-83E9-EB661E056B7C.htm?id={2276229C-0089-42CD-83E9-EB661E056B7C} (El Mercurio)

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