"Me está sonriendo irónicamente... como ella hace siempre", dijo Agustín Molina cuando el fiscal Carlos Gajardo le hizo la pregunta de rigor: si es que la acusada Pilar Pérez, conocida como "La Quintrala", estaba en la sala donde se desarrollaba el juicio contra la propia mujer y su supuesto sicario, José Ruz.
Hoy la escena podría repetirse, aunque uno de los actores cambiaría, ya que el Ministerio Público prevé que durante la tarde declare Klaus Schmidt-Hebbel, padre de Diego, el joven economista asesinado en noviembre de 2008 y por cuyo crimen son ahora enjuiciados Pérez y Ruz.
Schmidt-Hebbel, según conocedores de la diligencia, entregará antecedentes sobre la relación con su hijo, cómo se enteró del crimen y, además, de lo que el hecho ha significado en su vida y en la de su mujer, Greta Niehaus, quien también dará su testimonio en las próximas horas.
Antes que el padre del malogrado economista estarán, eso sí, otros dos peritos doctores y dos testigos. Se espera que estos testimonios no se alarguen en demasía, aunque igual queda abierta una posibilidad de que el padre de la víctima pase para el miércoles, por un asunto de tiempo.
Pero ayer Agustín Molina, el cuñado de "La Quintrala" y padre de Belén (novia de Diego), finalizó su turno en el estrado y aportó antecedentes relevantes, a juicio de la fiscalía. Entre ellos, el plano que presentó el Ministerio Público (foto central), en el que estaban detallados los espacios de la casa de Molina y con letra manuscrita las indicaciones de la distribución y los ocupantes del lugar. Según la tesis de la fiscalía, el dibujo fue hecho por Pérez (la letra sería la de ella) para ubicar a Ruz y ayudarlo a cumplir el objetivo de eliminar a la familia Molina completa. El croquis fue incautado en la casa del supuesto sicario y el testigo reconoció la letra como la de Pérez.
Molina relató otro hecho que también relacionaría a Ruz con la acusada. Se trata de la vez en que, casi seis días antes del crimen, vio al hombre tocar el timbre de la casa de Pérez y luego entrar a ella.
"Vi al señor (Ruz)... Tocó el timbre, pero no sabía si era en mi casa o la de al lado.... Entró a la casa de Pilar", señaló ante el tribunal. Molina también relató lo que vivió la mañana del crimen. Se valió de una serie de imágenes de la reconstitución de escena en la que participó, además de recordar cómo persiguió a Ruz, luego que éste atacara a Diego en la entrada de la casa de la familia, en Providencia.
"Yo corría diciendo: 'asesino, mataste a mi hijo', con el fin de que alguien lo detuviera", relató. Pero nadie lo hizo, y él tuvo que volver hasta donde estaban Belén con Diego. "Ella le decía 'resiste mi amor, no te vayas'. Diego abrió un poco los ojos y le dijo 'tranquila'", recordó el inmigrante español sobre lo sucedido esa mañana.
A. Molina: "Sentí que estaba frente a dos alimañas"
Se notaba que estaba más relajado que cuando comenzó el juicio. Agustín Molina terminó ayer su declaración (empezó el viernes) en el juicio que se le sigue a su cuñada, Pilar Pérez, acusada -junto al supuesto sicario José Ruz- por el triple homicidio de Diego Schmidt-Hebbel, del ex marido de la mujer, Francisco Zamorano, y de la pareja de éste, Héctor Arévalo.
Luego del testimonio, Molina se refirió a los sentimientos que lo embargaron al ver a los inculpados por primera vez en la sala: "Sentí desprecio y sentí pena. Sentí que estaba frente a dos alimañas".
Sobre su hija Belén, quien también prestó declaración (fue la primera), el hombre sostuvo que ella estaba tranquila. "Lo bueno es que el juicio fue este año y no el año pasado, porque el año pasado habría sido muy desastroso para ella. Ahora está un poco más serena", argumentó.
Autor: http://diario.elmercurio.com/2010/09/28/nacional/nacional/noticias/8EAD75F3-A606-4499-8F89-124855BFB148.htm?id={8EAD75F3-A606-4499-8F89-124855BFB148}(El Mercurio)
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