lunes, 19 de octubre de 2009

Tribunal de familia emite orden de entrega inmediata a matrimonio de guardadores

Sábado 17 de Octubre de 2009

Efectivos de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores de la Policía de Investigaciones llegaron ayer en la tarde al lugar de trabajo de Eduardo Porter (54), con la orden de entrega inmediata de la menor que, junto a su esposa Marcela Castillo (52), tienen bajo su cuidado desde mayo gracias al programa de la Fundación Chilena de la Adopción "Niño y Sistema de Familia Guardadora".
La orden -emitida por el 4º Tribunal de Familia de Santiago- permite a los funcionarios policiales descerrajar y allanar moradas, y en el caso de que el matrimonio no cumpla incurriría en un desacato.
Minutos después de que la PDI le notificara a Porter que debía entregar a Matilde, el jefe de hogar se mostró desolado por la noticia. "Para mí, la Matilde fue fantástica, eso es todo lo que tengo que decir. Yo tuve una niña tan rica, tan cariñosa... Tengo 54 años, y aunque tengo otros tres hijos, levantarse en la mañana cuando pegaba la primera llorada a las 7 y entregaba esa sonrisa maravillosa, era algo que me alegraba todo el día", dijo entre lágrimas Eduardo Porter.
Eduardo Porter y Marcela Castillo pololearon cuando eran jóvenes. Él se casó con otra mujer, con quien tuvo tres hijos que actualmente viven en la V Región. Tras poner fin a su relación, se reencontró con Marcela, con quien convivió durante estos últimos tres años. En octubre, él terminó los trámites de divorcio y se casaron.
En marzo pasado, ambos tuvieron la inquietud de participar en el programa "Niño y Sistema de Familia Guardadora", de la Fundación Chilena de la Adopción, con el objetivo de recibir a un niño por un período determinado, mientras se definía si el menor volvía a manos de su familia biológica o si era entregado a una adoptiva. Luego de dos meses de capacitación y exámenes para determinar si eran compatibles, les dieron a su cuidado a la menor de dos meses, Matilde.
Tras un semestre de convivencia con el bebé, un asistente social de la fundación les comunicó el martes pasado que era momento de entregar a la menor, ya que habían encontrado a la familia que la adoptaría.
Sin embargo, el vínculo que conformaron con Matilde fue tan fuerte que la pareja decidió consultar a la sicóloga Ana María Arón, para que determinara los efectos de una eventual separación. La profesional, luego de examinar al bebé, diagnosticó que el término del vínculo podría ser muy perjudicial: "Mi recomendación, basada en un trabajo de décadas con niños vulnerados y adultos que fueron vulnerados en su infancia, en situaciones similares a la de Matilde, es que la niña permanezca con sus padres de acogida (...) A juzgar por su desarrollo actual, los padres sociales han logrado establecer un vínculo seguro para la niña, que ha podido reparar las vulneraciones anteriores".
Horas antes de que la policía llegara con la orden de entrega inmediata, la abogada de la pareja, Ghislaine Blanche, había interpuesto un recurso de protección a favor de la menor, por considerar que los derechos de la niña fueron violados. La acción judicial fue acogida a trámite por la Corte de Apelaciones.
"Las leyes deberían tener más corazón. Se escriben entre cuatro paredes, pero a lo mejor habría que ponerles más sentimiento".
EDUARDO PORTER
Hace tres años hubo un caso similar, con un final feliz
En 2006, Luisa San Martín y su esposo también se acercaron hasta la Fundación Chilena de la Adopción, con el objetivo de participar en el programa de guardadores.
El matrimonio -que ya tenía dos hijos- luego de someterse a los exámenes preliminares acogió a una niña de un mes de vida. Debido al fuerte vínculo que la pareja desarrolló con ella, el matrimonio decidió pedirle a la fundación la adopción definitiva al cuarto mes de cuidado. Luisa afirma que la situación habría generado la molestia de la institución, que negó la solicitud; no obstante, siguieron siendo los guardadores.
Luego de once meses, la fundación les notificó que habían encontrado a una familia para la menor. Luisa y su esposo acudieron a la reunión en la que debían entregar la niña a la familia adoptiva, pero fueron sin ella. Luisa indicó que luego de tanto tiempo, el apego era evidente.
El caso fue conversado con la directora de la fundación y lograron un acuerdo extrajudicial y la pareja adoptó a la pequeña. "Después de cinco meses ves cómo te empiezan a decir mamá, papá. Les decía hermanos a mis hijos. Yo creo que nuestro sistema debiese tener un pequeñísimo cambio y de una vez por todas pensar en el niño", concluye San Martín.
La inquietud de la fundación
La Fundación Chilena de la Adopción lleva 24 años efectuando el programa "Niño y Sistema de Familia Guardadora". La directora de la institución, María Elena González, explica que es la primera vez que tienen un problema tan serio como este, en el que no saben dónde está físicamente uno de los niños.
Para ser guardador se requiere ser mayor de 30 años, tener buena salud física y psicológica. Para eso, quienes estén interesados son sometidos a exámenes y terapias grupales.
A juicio de la directiva de la fundación, el apego que tienen los menores con las familias guardadoras es un elemento que les permitirá relacionarse mejor con el cariño definitivo que les darán sus padres adoptivos.

Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/10/17/nacional/_portada/noticias/43E4B312-1351-4654-8122-D8732D50C924.htm?id={43E4B312-1351-4654-8122-D8732D50C924} (El Mercurio)

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