lunes, 31 de agosto de 2009

Escaso impacto en fumadores y en venta de cigarrillos a tres años de la ley antitabaco

Tras dos años de discusiones, en agosto de 2006 finalmente fue promulgada la ley antitabaco, que prometía desincentivar el consumo de cigarrillos, junto con regular su venta y publicidad.
A tres años de su puesta en marcha, en realidad son pocos los avances a nivel sanitario que pueden mostrarse. La principal apuesta era el desincentivo a que los adolescentes se iniciaran en el cigarrillo, y precisamente es en este grupo donde existe el único logro medido hasta ahora.
Si antes de la ley el 42% de los adolescentes se iniciaban en el tabaquismo durante la época escolar, esa cifra bajó al 35%, según los datos del Conace entregados a este diario por el Ministerio de Salud. En el resto de los grupos etarios no hay avances. Los hombres mantienen el nivel de prevalencia del cigarrillo en 40% y las mujeres, pese a los desincentivos de la ley, aumentan su consumo de 41% a 42% respecto de 2005, cuando aún no regía la norma.
Al respecto, la jefa de la división de políticas públicas y vida saludable del Ministerio de Salud, Helia Molina, explica que "el impacto no se logra en corto tiempo, recién en cuatro o cinco años podrán medirse impactos de verdad", puesto que "los cambios culturales son lentos, y una ley que sea protectora de los niños deberá tener un impacto mayor". Por ello, en el Gobierno no existe intención por el momento de realizar cambios a la ley actual.
Sin embargo, entre los objetivos sanitarios para la década 2000-2010 autoimpuestos por la autoridad sanitaria se incluye la reducción en la prevalencia del tabaco de 40% a 30%, el que no logrará cumplirse, pese a que la ley es considerada un avance en este sentido.
La ley tampoco ha disminuido la venta de cigarrillos, puesto que las tabacaleras continúan vendiendo unos 14 mil millones de cigarrillos cada año, según el propio Ministerio de Salud.
Tampoco se han visto afectadas las ganancias de la tabacalera que concentra el 97% del mercado actual, Chiletabacos, que durante 2008 tuvo ingresos cercanos a US$ 326 millones, con un alza superior al 5% respecto de 2007.
Punto pendiente
Sería una ley que entraría en vigencia de manera escalonada. Primero sería la prohibición de fumar en lugares públicos, luego la advertencia en la cajetilla y finalmente la separación de ambientes entre fumadores y quienes no lo son.
Sin embargo, a tres años de la entrada en vigencia de la ley, aún queda un punto pendiente: el artículo noveno del cuerpo legal, que norma los aditivos tóxicos que las tabacaleras agregan a sus cigarrillos, los que tendrán máximos permitidos. El Ministerio de Salud está en la etapa de la creación de la norma técnica, para luego poner en vigencia este último punto durante el primer semestre de 2010.

La evaluación de quienes "dejaron el cigarrillo" por la ley

FERNANDO DE LA FUENTE
Asoc. de Gastronomía

La asociación que agrupa a los principales restoranes del país hace una apreciación positiva de la ley, que los obligó a separar ambientes en los locales de más de 100 m2. "Al final, los mejores fiscalizadores han sido los no fumadores, que exigen que se respete el espacio libre de humo. Hemos tenido fiscalizaciones, pero no conocemos de multas, no ha habido castigos hasta ahora".

NELLY IBARRA
Ex vendedora de cigarrillos

Su almacén está enfrente del Liceo de Aplicación, en Av. Cumming. Dice que vender cigarrillos en cajetilla no era muy buen negocio: "marginábamos apenas $80 por cajetilla", cuenta.
Por lo mismo, el inicio de la ley no tuvo mayor impacto en sus finanzas. Sin embargo, reconoce que los cigarrillos sueltos sí eran un buen negocio. "Nunca me han fiscalizado", agrega.

En otros países los resultados fueron inmediatos
Que las cifras de tabaquismo en Chile se mantengan y no cedan a tres años de la implementación de la ley antitabaco dista de los resultados obtenidos con normas similares en otros países del mundo.
Quizás el caso paradigmático sea Italia, donde tras una férrea oposición del comercio, que reclamaba que "somos ciudadanos, no hijos", entró en vigor la ley en 2005 y al año siguiente más de 500.000 personas dejaron de fumar y la venta del producto se redujo 5,7% según datos del Ministerio de Salud de ese país.
Según un estudio realizado en España, donde la ley antitabaco -comparable a la chilena- entró en vigencia en 2006, más de 300.000 españoles pidieron ayuda para dejar de fumar en el primer mes de aplicación. Es decir, 50% más que los que pedían ayuda antes de la norma. Esta baja en los niveles de tabaquismo es todavía más evidente en Estados Unidos, país que lleva años realizando campañas antitabaco.
Un informe dado a conocer hace unos días afirma que durante 2005 cayó el consumo de tabaco a los niveles que se tenían en 1951, pese a que la población del país se ha duplicado. Las principales críticas a este tipo de ley apuntan a que se trata de medidas propias de un "Estado-niñera", cuya intromisión, dicen, le falta el respeto a la libertad de elegir de los ciudadanos.
En Europa, los expertos afirman que la ley más asertiva es la que opera en el Reino Unido e Irlanda, mientras que en Latinoamérica destacan la norma uruguaya.
"No basta tener restricciones para fumar, sino que también hay que poner refuerzos para no fumar"
Todas las expectativas respecto de los resultados de la ley antitabaco están puestas en los próximos años, cuando deberían comenzar a bajar las tasas de tabaquismo, sobre todo en personas jóvenes.
Sin embargo, "no basta tener restricciones para fumar, sino que también hay que poner refuerzos para no fumar, y en eso la autoridad ha fallado", cuenta la académica de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile María Teresa Valenzuela.
A su juicio, es clave la información: "Cuando recién partió, hubo una campaña comunicacional. Eso tiene que hacerse con más intencionalidad, si no el efecto será muy menor", y agrega que "la única forma de que funcione es que la gente se empodere".

Autor: http://diario.elmercurio.com/2009/08/31/nacional/nacional/noticias/C76D5A2C-F334-4D1C-AE0B-347418C52E20.htm?id={C76D5A2C-F334-4D1C-AE0B-347418C52E20} (El Mercurio)

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